Más allá de los mercadillos abarrotados y la vuelta a la normalidad en Wuhan, quedan las ausencias de aquellos que se llevó la pandemia. En el epicentro del coronavirus en China, hablan los supervivientes y familiares de víctimas de las cicatrices que les dejó esta maldita enfermedad. Lo peor no es solo que te roba a los seres queridos, sino hasta los últimos besos de despedida.
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