Cuando se habla de la violencia, siempre nos viene a la mente un concepto dañino, es decir, siempre se entiende por violencia la negación, subordinación o agresión a algo o alguien. [...] En otras palabras: lo que detona la violencia es difuso entre la razón y la emoción (o el sentimiento, entendido como el acceso a esa expresión psíquica emocional).
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