La atención internacional vuelve a centrarse en el turbio pasado de las operaciones petroleras de BP en Colombia. El Tribunal Supremo de Londres ha admitido a trámite un caso contra BP, presentado en nombre de Gilberto Torres, ex sindicalista secuestrado y torturado en 2002 por paramilitares apoyados por el Estado colombiano. Durante un juicio en Colombia, los secuestradores afirmaron que era la propia Ocensa la que les daba órdenes. Los acusados declararon que Ocensa, empresa de la que BP poseía el 15%, les pagó 40.000 dólares adicionales
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