Un hombre estaba autolesionándose justo en el momento en el que Pablo empezaba su jornada laboral. Al principio pensaba que estaba meando al tener los pantalones bajados, pero se estaba hiriendo: le hizo soltar las tijeras y lo agarró con una llave de defensa. Justo un enfermero que estaba haciendo el Camino, pasaba por allí y le ayudó a taponar la herida
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