En 2001, Unilever vertió toneladas de mercurio tóxico en la localidad de Kodaikanal, en una colina al sur de la India, envenenando a las personas y el bosque. Hasta la fecha, la fábrica, contaminada con mercurio, sigue vertiendo la mortífera neurotoxina en los bosques cercanos, a pesar de que lleva diecisiete años cerrada. Activistas y ONG locales han pedido a Unilever que repare los daños causados, pero la multinacional sigue sin reaccionar. Es una petición solidaria de apoyo a los activistas. Que Unilever se lleve la mierda que ha dejado.
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