No podemos usar cápsulas alternativas en nuestras máquinas de café. No podemos reparar nuestros tractores. No podemos reparar nuestros teléfonos. No podemos escanear en nuestras impresoras multifunción con cartuchos vacíos. Y el nuevo episodio de la serie es «los contribuyentes polacos no pueden reparar los trenes que pagaron», o mejor dicho, no sin la ayuda de un grupo de hackers…
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