Lo que debería haber sido una de las llamadas telefónicas más relajadas en la toma de contactos del presidente de Estados Unidos con sus homólogos mundiales, terminó de forma abrupta cuando Donald Trump le espetó a Malcolm Turnbull, el presidente australiano, que esa llamada estaba "siendo de lejos la peor" de las que había realizado contando el resto de líderes mundiales, incluyendo a Vladimir Putin. La conversación, que debería haber demorado una hora, apenas duró 25 minutos a raíz de un acuerdo para refugiados en Australia que Trump rechaza.
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