Todos los meses de noviembre, el sábado más cercano al día 13, Medinaceli repite lo que pudo ser un rito pagano en la Edad de Bronce y que hoy solo puede ser considerado barbarie. El toro, con los cuernos atados por una maroma, es arrastrado hasta un poste donde se le coloca un soporte metálico con dos bolas que arderán durante cerca de una hora, quemándole la cara, los ojos, impidiéndole incluso respirar. Hoy, esta medianoche, el único mártir en Medinaceli será Islero. El alcalde, Felipe Utrilla, del PP, ha pedido refuerzos a la Guardia Civil.
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