Lo terrible de esta época es que se llame periodismo a algo que nos libra de la información «inapropiada» ideológicamente: de ser un hombre y su hijo no habría más hipótesis que la del asesinato (con el añadido casi seguro de otra víctima: la madre, convertida en objetivo principal del crimen); al ser una mujer, se llega al disparate de inventar una figura que solo tiene sentido si el hijo de cuatro años es considerado un objeto, una propiedad de la madre.
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etiquetas: suicido , asesinato , perspectiva de genero