“Esto que quieren construir es una factoría de carne controlada a distancia que nos va a convertir en un estercolero. Formamos parte de un plan para enriquecer a unos pocos a costa de la salud y el bienestar de los que vivimos en Larués y el resto de pueblos colindantes”, concluye Stop Purines, animando a la población local a movilizarse, porque “de nada servirá quejarse cuando sea demasiado tarde”.
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