El presidente del Gobierno es alérgico a la cita con los dirigentes políticos y empresariales más poderosos del mundo y no ha acudido ni un solo año al foro que se celebra en enero en el balneario suizo. Problemas de agenda o la ausencia puntual de algunos de sus homólogos europeos, entre los principales motivos alegados por Moncloa. Fuentes oficiales niegan que el problema sea el desconocimiento del inglés o el mal trago que pasó Zapatero en 2010.
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