El rencor por los bombardeos de la OTAN y la espera para la UE fortalecen la postura prorrusa de Belgrado En torno a la fortaleza de Kalemegdan, en el centro histórico de Belgrado, la cara de Putin está en todas las tiendas de recuerdos. El azul, el rojo y el blanco de las banderas de Rusia y Serbia (que solo se distinguen por el orden de los colores) se fusionan en estampados de imanes, tazas y camisetas, bajo lemas como “ Rusia y Serbia, hermanos para siempre”.
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