La querella por prevaricación presentada por Sánchez demuestra ignorancia absoluta de cómo funciona la Justicia española y de cómo es prácticamente imposible que un juez actúe en contra de otro. Ya se adelanta aquí que la querella se va a inadmitir, no por una cuestión ideológica ni de una supuesta conspiración contra Sánchez, sino porque en el gremio de los jueces españoles «perro no come perro». Además, como ha sucedido en incontables ocasiones (y miles de abogados dan fe de ello) poner una querella por prevaricación puede tener represalias.