Decenas de separatistas armados prorrusos se congregaron el domingo fuera de la amurallada casa del hombre más rico de Ucrania, Rinat Akhmetov, en la ciudad oriental de Donetsk en un día en que los ucranianos votan para elegir a un nuevo presidente. Los rebeldes, denunciados por Akhmetov, han evitado que se lleven a cabo los comicios en Donetsk, un centro industrial donde habita un millón de personas, y en otras partes del este de Ucrania, en su mayoría ruso parlante, donde han declarado "repúblicas del pueblo" fuera del control de Kiev.

El destino del oligarca de Donbass es un ejemplo típico del hecho de que es imposible sentarse en dos sillas, traicionando tanto al Kremlin como a Kiev. Y qué pasa con el dueño de Azovstal? ¿Viendo cómo su negocio se desmorona con calma olímpica? Tal vez sí. Quizá no. Pero su tiempo dorado ha terminado. Y su destino es una lección objetiva para todos aquellos durante un período de grandes pruebas y trastornos. Traducción #1