Los sueños tremendamente ambiciosos con tintes de ciencia ficción que han animado el proyecto parecen estar muriendo mientras son reemplazados por planes más realistas.

Arabia Saudí quiere construir una ciudad 33 veces más grande que Nueva York que costaría 500.000 millones de dólares. No se trata solo de una megaciudad en la mitad del desierto: “Neom” pretende ser una metrópolis utópica, al servicio de todo el planeta.

"Vamos a construir algo más grande que la Gran Muralla China, pero con placas solares. Va a haber más robots que personas", anunció este martes el príncipe saudita Mohamed bin Salman, al ofrecer detalles de la nueva megaciudad que levantará Arabia en medio del desierto. El proyecto prevé construir una ciudad junto a las fronteras de Egipto y Jordania, bautizado como NEOM (una abreviación de "nuevo futuro), que contará con una financiación de 500.000 millones de dólares.

La Nueva Area abarcará alrededor de 100 kilómetros cuadrados y será ampliada a 200 km cuadrados en el mediano plazo y alrededor de 2.000 km cuadrados en el largo plazo. En palabras del presidente Xi Jinping, el área debe dar prioridad a la protección ecológica y mejorar el bienestar de la gente, así como proteger y transmitir la cultura tradicional china.

Durante décadas el gobierno chino ha intentado limitar el tamaño de la capital Beijing imponiendo restricciones draconianas a los permisos de residencia. Ahora han cambiado de opinión y se han embarcado en un ambicioso plan para convertir Beijing en el centro de una enorme área metropolitana en la que viviría una poblicación equivalente a seis veces la población de New York.

El proyecto megalómano se denomina 'The Capital Cairo' y contará con un aeropuerto más grande que el de Heathrow, un parque que doblará en tamaño a Central Park y un parque de atracciones seis más grande que Disneyland. La primera etapa de la nueva capital abarcará 105 kilómetros cuadrados y costará 500.000 millones de dólares.Un megaproyecto urbanístico pretende refulgir Egipto, duramente castigado en los últimos años por las sucesivas revueltas sociales que se iniciaron con la primavera árabe.