…convirtiéndose Halloween también en una noche satánica por imprudencia ignorante, o con plena conciencia de personas y sectas. Es una grave y terrible realidad que al socaire de esta fiesta se celebren misas negras, se efectúen profanaciones de sagrarios –por parte de quienes sí creen en la presencia real de Dios en la eucaristía–, sacrificios de animales e incluso de niños ofrecidos a los demonios que, al igual que las meigas, «haberlos haylos».