Takata se declaró este lunes en bancarrota, lo que pone fin a una larga agonía financiera derivada del escándalo global de sus airbags defectuosos y constituye la mayor quiebra de una compañía japonesa hasta la fecha.

Estados Unidos ordenó el miércoles a la firma Takata reparar entre 35 y 40 millones de airbags más y amplió así el escándalo vinculado a un defecto que causó 11 muertes en el mundo. La orden duplica la cantidad de airbags a reparar y se convierte en el mayor llamado a revisión de defectos en la industria del automóvil estadounidense.

[...]El último siniestro mortal debido a un airbag defectuoso tuvo lugar el pasado 22 de diciembre en el país norteamericano, cuando un hombre de 52 años falleció a consecuencia del estallido de un airbag montado en su Ford Ranger de 2006.

Unos 840.000 coches de BMW, 680.000 de Volkswagen y 170.000 de Audi, tendrán que ser revisados. Algunos airbag de Takata, la marca con la que trabajan las tres compañías, pueden ser defectuosos.

La dimisión de Ito, que mantendrá un puesto directivo como asesor, se produce después de que en los últimos años Honda haya sido el fabricante más afectado por el fallo en los airbag de la compañía nipona Takata. Este defecto en los airbag, que presentan el riesgo de abrirse con demasiada fuerza y proyectar fragmentos de metal a los ocupantes del vehículo, ha obligado a llamar a revisión desde 2008 a unos 20 millones de vehículos en todo el mundo (casi 10 millones en Estados Unidos) para reemplazar la pieza.

Reguladores en Estados Unidos ampliaron este miércoles el llamado a retirar del mercado airbags de la marca Takata, potencialmente peligrosos, a 7,8 millones de unidades.