Tras varias semanas de amenazas sistemáticas por parte de grupos marxistas y autodenominados “feministas”, finalmente los mismos cumplieron su propósito de atentar contra la Catedral de Rosario, la cual los esperó apenas protegida por vayas de “manteca”, un pequeño grupo de religiosos y una logística policial entre inoperante y cómplice del accionar violento. Más fotos:
goo.gl/q2FGK9