La Xunta les autorizó, de manera excepcional, esta cacería tras evaluar los datos de ataques a diferentes reses de la zona, y tal y como permite el Plan de Xestión do Lobo de Galicia. Los vecinos y los propietarios del monte comunal, que incluye una reserva de caballo autóctono, salían con el permiso de abatir solo un lobo y con la vigilancia de los agentes forestales. Al final, a última hora de la tarde, consiguieron matarlo. Relacionada:
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