Hace un par de noches, la agencia de noticias japonesa Kyodo sorprendía con una noticia que aseguraba que las autoridades de China habían emitido una "orden de mordaza" sobre el coronavirus a los médicos de la ciudad de Wuhan. "Les advirtieron que podrían ser castigados por espionaje si revelaban lo que sucedió durante la etapa inicial del brote", reza la publicación.

Los expertos apuntan a que la primera transmisión humana puede haber tenido lugar en el subcontinente indio.

Un médico en Wuhan contó que las autoridades sanitarias le dijeron que sería castigado por la ley si revelaba su experiencia, y si se le acusaba de espionaje, se le podría imponer la pena de muerte. Las instituciones académicas de la ciudad intentaron mantener registros del virus y el tratamiento de la infección, pero las autoridades obligaron a cancelar el plan", asegura Kyodo según sus fuentes cercanas a organizaciones médicas y autoridades en Wuhan

El ministro de asuntos exteriores chino ha anunciado que China trabajará con el resto de la comunidad internacional para contribuir a la cooperación global en la lucha contra el COVID-19. «China continuará participando en la investigación científica mundial para rastrear el origen y la ruta de transmisión del virus, y trabajará con el resto de la comunidad internacional para contribuir a la cooperación global en la lucha contra el COVID-19″, dijo Zhao, citado por la televisión estatal CGTN.

Ha pasado casi un año desde que la ciudad china de Wuhan detectó los primeros casos de COVID-19 y nueve meses desde que el virus se extendió por todo el mundo causando una pandemia con graves consecuencias. Sin embargo, su procedencia es todavía una incógnita que la Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere resolver. Según informa la revista Nature, OMS ha comenzado a investigar el origen real del coronavirus para poder prevenir futuros brotes. Para ello, un grupo de investigadores se ha trasladado a Wuhan con la misión trazar la ruta que h

Este el último vídeo que Chang Chan colgó en Youtube el pasado mes de mayo, dos días antes de que la detuviesen, lleva 6 meses en presión y el fiscal pide 5 años de cárcel para ella. Chang es lo que en China se define como reportera ciudadana, alguien que no se dedica profesionalmente al periodismo, pero que informa de determinados hechos y así lo hizo en Wuhan en febrero cuando China censuraba imágenes de hospitales colapsados, o estaba prohibido grabar sitios como el Instituto de Virología donde experimentan con coronavirus.

Arrestada hace 6 meses por “provocar altercados y crear problemas”, acusación que se usa con frecuencia contra críticos y activistas en China. Publicó que los vecinos de la ciudad recibieron comida podrida durante el confinamiento. También informó sobre las detenciones de otros periodistas o del acoso que habrían recibido familiares de víctimas de la pandemia que exigieron responsabilidades a las autoridades por su gestión en los primeros compases del brote. Otros ciudadanos que narraron la actualidad desaparecieron o fueron detenidos este año.

El 37 por ciento de los españoles cree que el COVID-19 fue creado en un laboratorio de la ciudad china de Wuhan, lugar donde se documentaron los primeros casos de la enfermedad, según un estudio realizado por la Universidad de Cambridge (Reino Unido) de teorías de la conspiración sobre el coronavirus en cinco países: Reino Unido, Estados Unidos, Irlanda, México y España.

Un ejemplo: en septiembre, en el puerto de Qingdao, una ciudad en la costa este de China, dos estibadores dieron positivo. Habían estado manipulando pescado congelado de Rusia que contenía trazas de coronavirus. En menos de 24 horas, gracias en parte a esas aplicaciones de salud, los rastreadores localizaron y aislaron a 132 personas que habían estado en contacto directo con los dos estibadores. También pusieron en cuarentena a otras 228 personas que estuvieron conviviendo con ese primer grupo.

Aunque ya han pasado diez meses desde el primer brote de Covid-19 en Wuhan, persisten muchas dudas sobre cómo nació esta nueva enfermedad y Beijing no parece tener interés en disiparlas

Siete meses y medio después de que fueran repatriados, ocho de los trabajadores españoles del Wuhan Three Towns F.C. han vuelto a China. De allí salieron pensando que dejaban atrás un virus que había obligado a cerrar una ciudad de once millones de habitantes y creyendo que la llegada a Madrid les ponía a salvo. "Hemos sido los únicos españoles que viniendo de fuera estuvimos en cuarentena en un hospital. Las primeras PCR que se hicieron en España nos las hicieron a nosotros. Todas fueron negativas. Ahora mismo se está más tranquilo en China"

Las autoridades chinas anunciaron el pasado junio que la ciudad está libre del covid-19, tras realizar casi 10 millones de test. Fotos tomadas el pasado 18 de septiembre muestran cómo son actualmente las fiestas en algunos clubes y bares de la capital de la provincia Hubei. En las imágenes se puede observar que las discotecas parecen llenas, donde la mayoría no usa mascarillas, ni mantiene el distanciamiento social.

Más allá de los mercadillos abarrotados y la vuelta a la normalidad en Wuhan, quedan las ausencias de aquellos que se llevó la pandemia. En el epicentro del coronavirus en China, hablan los supervivientes y familiares de víctimas de las cicatrices que les dejó esta maldita enfermedad. Lo peor no es solo que te roba a los seres queridos, sino hasta los últimos besos de despedida.

Wuhan fue el epicentro de la pandemia de coronavirus que todavía asola al planeta, pero la situación ha cambiado mucho en esta ciudad. Este fin de semana se están produciendo imágenes que ahora mismo son impensables en cualquier otro lugar del mundo: discotecas llenas de gente, sin mascarilla ni distancia social

Reabren vuelos internacionales en Wuhan, ciudad origen de la COVID-19. Después de casi ocho meses, desde el 23 de enero cuando cerró.

Un equipo de la Organización Mundial de la Salud encargado de investigar los orígenes del coronavirus no visitó Wuhan, lo que avivó la preocupación de los gobiernos occidentales sobre el compromiso de Beijing de identificar el origen de la pandemia. Un viaje de tres semanas recientemente concluido a China por el equipo de dos personas de la OMS no implicó una visita a Wuhan, la ciudad central de China donde se detectaron los primeros casos del nuevo coronavirus en diciembre de 2019, confirmó la agencia de la ONU.

La ciudad china de Wuhan, epicentro mundial de la pandemia de COVID-19, parece haberse olvidado del coronavirus y el férreo confinamiento al que el Gobierno deL gigante asiático la sometió durante semanas entre enero y abril. Ahora, apenas unos meses después y cuando la enfermedad azota todo el planeta, miles de jóvenes han acudido en esta localidad a una fiesta masiva de música electrónica en una piscina donde nadie usaba mascarilla ni respetaba la distancia de seguridad.

Miles de personas se congregan en una fiesta en un parque acuático al aire libre 8 meses después de que aparecieran los primeros pacientes en la zona cero.

Miles de personas se apiñaron hombro con hombro sin mascarillas, retozando en flotadores de goma y disfrutando de un festival de música. No es una imagen muy de 2020, pero fue la escena este fin de semana en la ciudad china de Wuhan, donde Covid-19 apareció por primera vez a finales del año pasado.

Las imágenes de una megafiesta electrónica en una pileta , en donde la gente está en botes de goma, apiñada y sin barbijos parecen de otra época. Pero lo curioso es que la fiesta tuvo lugar el sábado pasado en Wuhan, en el corazón de China, la primera ciudad del planeta en estar en cuarentena por el coronavirus , en donde el panorama cambió radicalmente en seis meses.

En la ciudad china de Wuhan, donde se detectó por primera vez el coronavirus SARS-CoV-2, este fin de semana miles de personas se han congregado en una fiesta de música electrónica en un parque acuático, sin aparente temor a un rebrote.

Miles de personas bailaron apretujadas al ritmo de la música electrónica, sin utilizar mascarillas en un parque acuático.

Seis mineros de la mina china enfermaron después de pasar más de 14 días eliminando heces de murciélago. En 2012 unos mineros que se dedicaban a sacar excrementos de murciélago del lugar contrajeron una extraña enfermedad con una sintomatología muy parecida a la que actualmente se conoce como Covid-19, según publica New York Post.

Domingo 16 de agosto de 2020