Cuando resulta complicado vaticinar el futuro, a veces lo más útil es mirar al pasado, echar un vistazo a la historia. Hoy, la deuda pública global está en máximos históricos, el gasto de los gobiernos se mantiene en niveles relativamente elevados y a corto plazo no se contemplan ni grandes recortes de gasto ni subidas de impuestos. Mientras tanto, los bancos centrales están esperando al momento adecuado para empezar a bajar los tipos (algunos ya han comenzado a hacerlo) pese a que la inflación parece haberse estancado por encima del objetivo.