Un hombre de 63 años del noreste de Rumanía solicitó que se anulase su certicado de defunción pero ha perdido el caso. Aunque está vivo, fue declarado muerto en 2016. Esta situación le impide obtener algún trabajo o recibir algún tipo de ingreso. Dejó de comunicarse con su familia en 1999 y fue a vivir a Turquía pero en 2013 la esposa pidió que se le declarase muerto ya que no había vuelto a saber nada de él, lo cual fue aceptada. En 2018 fue expulsado de Turquía por su situación irregular pero al llegar a Rumanía descubrió que estaba muerto.
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