Como buen remedio homeopático, el Rey ha tenido presencia pero no ha entrado en el problema: la unidad rota es sentimental más que territorial y no sólo afecta a Cataluña. El mensaje debe tranquilizar al resto de vecinos europeos, decía un tertuliano al poco de acabar la intervención el Rey. O eso o preguntan: “¿Además de dar palizas, también tenéis un rey?”.
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