Dentro de un plan general de bloqueo de la financiación, el uso de la fuerza contra las rutas de salida de petróleo y de entrada de armas tiene sentido. Fuera de un plan, bombardear es perder el tiempo, arriesgar la vida de civiles y ganarse odios innecesarios. Por cada civil que muere por error surge una familia de yihadistas. Sucede en Afganistán.
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