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Prohibido quejarse: la comunicación frente a la queja perpetua

Quejarse demasiado crea mal ambiente, genera estrés y nos vuelve pasivos evitando que busquemos soluciones. Los expertos apuntan: no se trata de reprimir nuestro malestar sino de reformular la relación que tenemos con el problema que nos impulsa a lamentarnos.

| etiquetas: estrés , enfado

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