Rajoy no quiere privilegios y en su afán por colaborar con la Justicia ha pedido declarar en el juicio de Gürtel por videoconferencia, que no deja de ser una fórmula económica y segura que se ha utilizado en ocasiones para que delincuentes encarcelados puedan deponer como testigos. Prefiere hacerlo desde Moncloa, que es su cárcel particular, aunque la sede de su partido ofrecería medios técnicos adicionales y permitiría, incluso, dar uso al telepronter que Fundescam le pagó en su campaña de 2008 y que debe de estar arrumbado en la habitación
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