Por primera vez en la historia del deporte paralímpico español, los premios de sus medallistas son los mismos que los de los deportistas olímpicos. Un dato de justicia pero que, de repente, se ha convertido en la comidilla de los pasillos del París La Defénse Arena. El motivo: el oro se premia con 94.000 euros y una chavala de 16 años, Anastasiya Dmytriv, acaba de convertirse en campeona paralímpica en los 100 metros braza S8.
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