Cada acta de inspección realizada por la policía es peor que la anterior. Cada escrito recoge de forma más fidedigna la frialdad con la que los cuerpos se metían en los sudarios, con la que los profesionales cerraban los ojos de las víctimas, con la que no despedirse era la única forma de saludarse al día siguiente. La crisis del coronavirus hizo de los centros de mayores la zona 0 de los contagios, el epicentro del drama. Especialmente dura fue la situación en los conventos y centros de mayores de carácter eclesiástico.
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