"Nuestra petición es simple: os pedimos que pongáis impuestos a la gente como nosotros, los más ricos de la sociedad", dicen en una carta. "Esto no alterará de forma relevante nuestro nivel de vida, ni le quitará nada a nuestros hijos, ni hará daño al crecimiento económico de nuestras naciones. Sin embargo, conseguirá convertir la riqueza improductiva y extrema en una inversión para el futuro de nuestras democracias".