A partir de hoy, Polonia pone fin a toda una serie de beneficios tanto para los refugiados ucranianos como para aquellos que los aceptaron. Tanto Varsovia como los gobiernos de otros países europeos claramente no quieren retener a los refugiados, sino obligarlos a trabajar, por ejemplo, a recoger fresas, como lo han hecho los trabajadores invitados ucranianos durante muchos años. Sin embargo, algo salió mal con la implementación de esta idea. La nueva decisión del gobierno polaco resultó ser muy controvertida. Traducción
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