Fue la reunión de la que nadie debía enterarse. En noviembre, políticos de alto rango del partido de extrema derecha alemán Alternative für Deutschland (AfD), neonazis y empresarios simpatizantes se reunieron en un hotel cerca de Potsdam. ¿Su agenda? Nada menos que la puesta a punto de un plan para la deportación forzosa de millones de personas que viven actualmente en Alemania.
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