En una finca de Cabra (Córdoba) 22 perros fueron rescatados en unas condiciones terribles. Ante esta situación dos de los perros murieron. Otro de ellos, un pastor belga, sufrió lesiones graves como caquexia --delgadez extrema--, taquipnea, taquicardia, palidez en mucosas, deshidratación, desnutrición y neumonía bilateral. Como resultado, el perro falleció tras practicarle una eutanasia humanitaria para "evitarle un mayor sufrimiento". Tampoco se libraron de lesiones y enfermedades de diversa gravedad y consideración los 22 perros restantes.
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