La sobrecarga que están soportando los Centros de Atención Primaria para hacer frente a un repunte de contagios de COVID-19 -que, si no es ya la temida "segunda ola", admite Sanidad, se le parece- va a cobrarse un elevado precio al término del verano. Los médicos de familia y el personal sanitario de los ambulatorios tienen entre sus manos la responsabilidad principal del rastreo de contactos de riesgo una vez se notifica un caso positivo, una tarea realizan con plantillas depauperadas y bajas que no han sido cubiertas, y una necesidad de atenc
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