Cuentan que en su interior aún se mantiene la habitación en la que hace no muchos años se impartían clases de danza clásica, con sus barras de ballet y su gran espejo. También comentan que visitar su interior y su espectacular jardín, en pleno barrio de Salamanca, supone un auténtico viaje en el tiempo. Hablamos de Castelló 43, uno de los escasos palacetes que aún siguen en pie en pleno centro de Madrid. Una obra de la arquitectura residencial madrileña de principios del siglo XX, construida por Joaquín Saldaña en 1910 para don Luis Redonet Lóp
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