Sergio Mínguez tiene a sus hijas de 4 y 8 años escolarizadas en un centro concertado, el Liceo Sorolla B (barrio Valdezarza, Madrid). El año pasado decidió que no quería seguir pagando una cuota (que el centro llamaba Complemento Educativo Extracurricular) para que sus hijas acudieran a un taller que se realiza entre la jornada lectiva y el comedor. El centro obvió la decisión de este padre, siguió manteniendo a las niñas en el taller y después exigió a la familia el pago de las cuotas.
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