Muchas de las mujeres que dieron su apoyo a Trump no aspiran a dirigir un hogar, sino un país. En Europa también hay un populismo femenino de derechas encarnado en Marine Le Pen, Frauke Petry, o Pia Kjærsgaard. «En el pasado, el miedo al terrorismo y al crimen había sido amplificado como una estrategia electoral para empujar a las mujeres a acoger un político fuerte —un hombre protector—, a menudo de derechas. Sin embargo, en varios países europeos hoy en día, se aspira a la protección de una mujer.
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