Nunca hubo tantas banderas pero nunca, como ahora, tuvieron tan poco sentido. Como otros objetos que han caído en desuso -una cabina telefónica, una máquina de escribir o un mapa desplegable- su ocaso ya está escrito. Vivimos tiempos de banderas porque hemos iniciado su final. Sus primeros últimos coletazos
|
etiquetas: símbolo , globalización , identidad