Unos ganan y otros pierden, como en todas las crisis. En la provocada por el virus chino, pequeños negocios como comercios y bares engrosan el batallón de perdedores. Aguantaron la crisis de 2008 pero no han sobrevivido a la pandemia. Daban vida y empleo a los centros y los barrios de las ciudades. Nadie los defendió. Los echaremos de menos.
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