A Ana Botella le ha surgido de pronto una vena medioambiental que desconocíamos hasta el momento, y ha decidido que la tarifa de los parquímetros se incremente en función de lo contaminante que sea el vehículo. Los encargados de hacer el roto en el bolsillo de los ciudadanos son unos nuevos parquímetros inteligentes que han costado 6.800 euros por unidad. Por ejemplo, si nos disponemos a aparcar nuestro coche diesel anterior a 2001 hay un recargo de un 20% de penalización sobre el precio del tiquet por ser muy contaminante.
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