Han planeado diferenciar entre habitantes y visitantes extranjeros, con el argumento de ‘que le resulta más difícil atender a los turistas por la diferencia de lenguaje’ por lo que otorgan un descuento de alrededor de 1000 yenes a los residentes del país, mientras que a los extranjeros se les cobra íntegro la cantidad de su consumo. Otra medida que puede tomarse con respecto a la llegada masiva de turistas al país del sol naciente es el cobrar seis veces más la entrada a turistas al castillo de Himeji, Patrimonio de la Humanidad.
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