La apaleó, la ahorcó, la envolvió en plásticos y la tiró a un contenedor dándola por muerta. Es una cachorra de siete meses cruce de mastín (¿tal vez con labrador?) que ya debía sobrarle. La pobre perra fue descubierta por la Policía Local de Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) el pasado 1 de junio.
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