El puerto fluvial de Manaos, ciudad más grande de Amazonía, registró hoy su nivel de agua más bajo en 122 años, por la severa sequía que afecta a gran parte de Sudamérica. El Río Negro, importante afluente del Amazonas, descendió a 12,66 m y continúa bajando rápidamente, superando el récord anterior de 2023. La sequía, atribuida principalmente al cambio climático por investigadores, persiste en la temporada de lluvias, provocando las condiciones más secas desde 1902, contribuyendo a los peores incendios en Brasil y Bolivia en más de una década.
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