No hay rastro de Antonio David cuatro meses después de su desaparición. Su madre aseguró haberlo matado y arrojado a unos contenedores en Madrid. Si se contabiliza como asesinato, serían al menos seis los menores que perdieron la vida el año pasado a manos de sus madres, según los datos recopilados por The Objetive. Son víctimas invisibles. La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género solo registra los crímenes cometidos por los padres. Siete en 2021. Es la llamada violencia vicaria.
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