Jay llegó al hospital Alexandra de Woodrow, de Redditch (Reino Unido) con una brecha en la frente que necesitaba ser cerrada. El personal sanitario tomó la decisión de no recurrir a los puntos de sutura y optar por utilizar pegamento quirúrgico, que se usa en caso de heridas poco profundas para evitar reducir las cicatrices. Los padres del pequeño vieron como mientras llevaban a cabo el proceso de cerrar la herida, el médico realizó un mal movimiento que tuvo como consecuencia el goteo del pegamento por la cara del pequeño.
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