Las sabanas kenianas amanecen cada día desde marzo sin turistas, y sus ojos, los de estas mujeres guardabosques, son la salvaguardia de elefantes y leones. Ellas tienen la sabiduría y el saber proceder de quien se ha criado en tierra masai. Las cinco jóvenes son parte de una de las pocas brigadas de mujeres guardabosques que hay en Kenia, les llaman “leonas”, y patrullan parte de los 607 kilómetros cuadrados de tierras comunales que existen en torno al parque nacional de Amboseli y que lo separan del Kilimanjaro, el monte más alto de África.
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