Un año después de que Arabia Saudí permitiera a las mujeres ponerse al volante, las pocas autoescuelas designadas para ellas se han visto desbordadas de solicitudes, lo que ha provocado que las conductoras sigan siendo minoría en las carreteras del reino ultraconservador. Las largas esperas para aprender a conducir y obtener el permiso hacen que aún sean pocas las mujeres que conducen su propio vehículo, pero algunas recurren a clases privadas para acelerar el aprendizaje e, incluso, se atreven a conducir sin carnet.
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