La mujer, de 36 años y de Vietnam, puso una cámara oculta en 2020 para confirmar sus sospechas, a pesar de que su hija siempre negaba los hechos. Se deshizo de los genitales y se entregó a las autoridades locales, a los que también entregó las grabaciones en las que se ve el supuesto abuso. Se enfrenta un delito por lesión en un estado mental agitado.
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