Cuando los fabricantes hablan de traer tecnología a la calle que permita una automatización completa, lo hacen en modelos que no están ni mucho menos al alcance del bolsillo del ciudadano medio. De poco le sirve a un hijo de vecino que haya coches autónomos de 100.000-120.000 euros, incluyendo toda la parafernalia en extras necesaria, si se tiene que hipotecar. Para eso le sigue saliendo a cuenta usar un coche con autónomo -el término es casi igual-, una lucecita verde en el techo y los rótulos “TAXI” en los laterales.
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