A diferencia de Noruega, nuestro supuesto Estado de Derecho es caprichoso y la ley se asemeja a una veleta movida por el viento. No existe certeza alguna de que el ordenamiento jurídico servirá de escudo contra las arbitrariedades del poder o de que la Justicia actuará con diligencia al tener conocimiento de supuestos delitos, tal y como demuestran los dos últimos casos conocidos.
|
etiquetas: monarquía , bananera , españa , paraísos fiscales , aznar , infanta