Los cambios detectados entre el precio y las entregas confirman que la demanda para el Modelo S es altamente elástica, lo que significa que Tesla no puede incrementar precios sin una reducción significativa de las entregas. El coste unitario de cada vehículo no muestra síntomas de decrecer, lo cual significa que no hay economía de escala alguna aun duplicando la producción. Esto ha puesto a la compañía en un Armagedón financiero. La elasticidad de sus precios revela que tiene muchos más competidores de los que afirma.
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